MÝTY A PRAVDY O AFRODIZIAKÁLNÍCH POTRAVINÁCH
Se habla de ellos desde tiempos inmemoriales, pero al mismo tiempo se desmienten todas las supuestas cualidades que les atribuyen. Son deseados y a la vez objeto de menosprecio. Se dice que existen y también se niega su existencia. Son los alimentos “afrodisíacos”.
En primer lugar, hay que decir que, si alguna vez se le atribuyeron tales características a cualquier cosa comestible, es porque seguramente excitan a la gente con sus nutrientes, que tienen una función vasodilatadora o están implicados en un proceso hormonal que ayuda a generar apetito sexual.
LA GRAN PREGUNTA: ¿EXISTEN?
Hay que aclarar algo: lo que más influye para que estos alimentos afrodisíacos tengan ese efecto sobre nuestro cuerpo, es la situación en la que se consumen. El componente psicológico siempre es fundamental.
La principal de ellas es que Cuando una persona capta mediante los sentidos un objeto deseable, su sistema nervioso manda impulsos neuroeléctricos a la zona pélvica. Eso genera una vasodilatación y los tejidos del pene o del clítoris reciben más hemoglobina, con oxígeno y nutrientes. Entonces se liberan neurotransmisores que dan sensaciones placenteras. Pero enumeremos algunos cuya cualidad erotizante se basa en comprobaciones empíricas.
¿Cuales son?
• La cerveza negra puede ser un buen afrodisiaco, y hasta proporcionar erecciones más fuertes y prolongadas. Es que cuanto más oscura es la cerveza, tiene más porcentaje de hierro, que colabora en la creación de hemoglobina, la que distribuye el oxígeno por todo el cuerpo. Eso mejora la circulación y posibilita una erección mayor.
• Chocolate: Siempre se lo incluyó con honores entre los alimentos afrodisíacos. Es que las semillas de cacao tienen fenilalanina y teobromina. Estos elementos promueven la secreción de serotonina, la famosa “hormona de la felicidad”, causante de sensaciones placenteras. Por eso, el chocolate es considerado un potente afrodisíaco capaz de influir en la respiración pulmonar y la circulación sanguínea, aumentando el deseo sexual.
• Vino tinto: Sabemos que el alcohol es uno de los mayores desinhibidores. Y el vino tinto en particular tiene antioxidantes y un efecto vasodilatador. Eso aumenta el flujo de sangre en los genitales, siendo una gran ayuda para mantener relaciones sexuales satisfactorias.
• Ostras: Tienen un alto contenido en zinc y proteínas, que mejoran la lubricación femenina y el esperma masculino. Incrementan la energía y aumentan el rendimiento sexual.
• Canela: Tiene la capacidad de estimular el riego sanguíneo de la zona abdominal, mejorando la respuesta de los genitales femeninos y masculinos. Así se consigue mayor excitación y se prolongan las erecciones.
Cuando funcionan los alimentos afrodisíacos
En todos los casos, son alimentos afrodisíacos por ser ricos en micronutrientes, y tienen una importante participación en la producción de hormonas: Entre ellas, las hormonas sexuales. Generalmente, aportan energía y permiten una mayor absorción de serotonina. No hacen milagros, pero ayudan a tener una vida sexual más activa y placentera. Si hay problemas de circulación, pueden ayudar de manera similar al Viagra, relajando los vasos sanguíneos y mejorando el flujo de sangre a los genitales.
Los aminoácidos, como la L-Arginina, está presente en alimentos como calabazas, la carne de vaca, las nueces, y se convierte en óxido nítrico en el cuerpo, aumentando el flujo sanguíneo. Los alimentos ricos en ácidos grasos Omega 3, como el salmón o la palta (aguacate) tienen el mismo efecto.
Similar es la Quercetina, que se encuentra en las manzanas, uvas, ajo y chocolate negro; tiene propiedades antiinflamatorias que optimizan el flujo sanguíneo. Pero solo las personas con circulación débil verían mejoras en su función sexual comiendo alimentos que contienen tales aminoácidos.
Conclusión: ¿son posibles las ingestas eróticas?
Según hemos visto, hay alimentos que justificadamente pueden arrogarse propiedades afrodisíacas, por su composición química natural. En esos casos, coinciden en un punto la leyenda con la realidad científicamente comprobable.
La búsqueda de ese “santo grial” erótico, en el pasado hasta justificó matanzas que pusieron especies en peligro: fue el caso del hoy muy protegido rinoceronte blanco africano, porque siglos atrás se suponía que su cuerno, molido, era tan poderoso que podía lograr erecciones antes imposibles. Eso casi extermina a todos esos majestuosos animales de la faz de la tierra.
Pero lo cierto es que si nos convencemos de que una ingesta determinada tendrá propiedades que mejoren nuestra performance sexual, entonces las tendrá.
Nan Wise, psicoterapeuta y terapeuta sexual de la Universidad de Nueva Jersey, afirma que “El deseo es físico, psicosocial y racional, e involucra muchas variables. Si crees que un alimento incrementa el deseo, la psicología del efecto placebo afectará nuestra percepción de que ese alimento pueda excitarnos o no. Los humanos pueden sugestionarse con mucha facilidad, y el cerebro está conectado para generar un recuerdo intenso cuando tenemos un éxito sexual. Dependiendo de la situación, el entorno en el que una persona tuvo sexo, podría convertirse en un desencadenante del deseo al tener relaciones sexuales en el futuro”.