ROBOTS: THE SEX OF THE FUTURE AND/OR THE FUTURE OF SEX
Have sexo con robots hoy no parece una idea muy atractiva. Sería más bien una cosa de “freaks”, o algo de películas y novelas de ciencia ficción, poco deseable. Su sola enunciación trae aparejada una sensación de frialdad y rechazo.
A juzgar por los modelos de robots sexuales que vienen apareciendo sin solución de continuidad, no podríamos ser tan terminantes.
Dos empresas llevan la delantera en esta industria un tanto “espeluznante” para muchos, dada la apariencia hiperrealista de los robots: Realbotix y RealDoll. Trabajan juntas para crear estos autómatas sexuales que funcionan con inteligencia artificial. La primera desarrolla esa inteligencia artificial necesaria para dotar de personalidad a estos robots de sus socios. Y éstos se ocupan del “hardware” (en este caso, el cuerpo de esta “cosa”, por llamarlo de alguna manera)
La inteligencia artificial que los anima permite que tengan conversaciones breves, adaptando sus frases para que sean más o menos cariñosas y sexis, según con quien estén interactuando. Son “customizables”, ya que se puede elegir el color del cabello, de los ojos, la estatura, las medidas corporales, etc.
Estas máquinas (que a simple vista no lo parecen tanto) están preparadas para ser “compañera, amiga o amante” según lo que se elija al configurarlas. Incluso tienen un protocolo especial para “comprometerse” en una relación amorosa. Pueden jurar que van a “amar, honrar y respetar a su compañero humano por encima de todo”.
¿Algún día será habitual el sexo con robots?
No lo sabemos. Por el momento, y aunque la apariencia de estos inventos impresiona por su realismo, al hablar no suenan lo suficientemente “naturales”… por ahora. Recordemos que la “IA” (Inteligencia Artificial) avanza vertiginosamente, tal vez aún más rápido que las otras tecnologías “disruptivas” que están cambiando el mundo. Y sobre ella pesa el hermetismo más que sobre ninguna otra, para resguardar secretos comerciales (¿y militares, quizás?) que pueden ser cruciales para el destino humano. No exageramos.
Por lo tanto, no podemos descartar que estos robots para el placer lleguen a ser tan convincentes como alguien de carne y hueso, y tengan un estatus jurídico de “personas no humanas”.
Eso ya ocurre en algunas jurisdicciones de países varios donde se ha reconocido así a los animales. Y tenerlos como pareja. O tenerlos junto a una pareja… todo puede ocurrir. Y poco importa lo que alguien piense hoy sobre esto del sexo con robots. Seguramente, la tecnología desaforada que estamos viendo pronto irá suprimiendo todas las objeciones.
Éramos pocos, y llegó el “Sextech”
Habrás escuchado ya muchas veces términos como “Fintech” (Tecnología financiera, que incluye muy especialmente a las famosas “criptomonedas”); “Edtech” o “Edutech” (Tecnología digital para la educación); “Insurtech” (Digitalización de la industria del seguro) o “Healthtech” (Tecnología informática para la salud).
Pues bien: Ya tenemos al “Sextech” golpeando a nuestra puerta. Esto es, sexo con robots, si, pero no solo eso.
Porque hablamos de algo más que tener relaciones sexuales con androides (o “ginoides” si tienen forma de mujer; que también el lenguaje nos está mutando al ritmo apabullante de estas transformaciones y aparecen nuevas palabras por minutos)
En pocos años se podrá, por ejemplo: acariciar alguien aunque esté a miles de kilómetros de distancia, imprimir en 3D una réplica exacta de los genitales de otra persona (humana, aclaremos, que a esta altura ya es necesario…). También se podrá coordinar sus movimientos con una App para dispositivos móviles, y hasta utilizar tecnología que nos haga sentir orgasmos de varias personas simultáneamente y en una secuencia tan larga como lo deseemos.
¿Parece abrumador? ¡Lo es!
“Estamos asistiendo al crecimiento de los digisexuales: personas que tienen relaciones sexuales casi únicamente con máquinas”, dice Neil McArthur, profesor universitario y director del Centro de Ética Profesional y Aplicada de la Universidad de Manitoba (Canadá) con varios libros dedicados sobre esta materia y otras relacionadas con la “ética sexual”, su llamativa especialidad.
Repetimos: es bastante más que ese asunto que hoy nos parece tan absurdo como tener sexo con robots. Cuentan expertos dedicados a investigaciones de estos temas, en los que se juegan aspectos fundamentales de la vida humana en el futuro, que poder tener sexo con un/a ex pareja será una realidad muy pronto. También se podrá recrear a personas de diversas procedencias. Y no solo escoger el físico de nuestro “sexbot” (robot sexual), sino también personalizar características como su timidez, simpatía o intensidad de deseo sexual. Una vez así personalizado, podremos conversar con ellos/as, ir a donde queramos (como con cualquier pareja) y experimentar prácticas eróticas que tal vez no nos atreveríamos a proponer con alguien un poco más “real”…
¿Estás preparado/a para este futuro de sexo con robots y mucho más, que ya casi es presente?