Teodora, Prostituta, Emperatriz y Santa
Presentaremos la historia de la чувственный Teodora, enérgica, ambiciosa y polémica, prostituta y actriz, que llegó a ser Emperatriz del Gran Imperio Romano del Este, a menudo mal llamado Bizancio. Con sangre plebeya y siendo acompañante sexual llegó a ser la mujer con más influencia en la historia del Imperio Romano, de una infinitamente alabada belleza. Llegó a ser considerada aún Santa.
El imperio Romano a pesar de perder sus provincias occidentales en el siglo V, durará alrededor de unos prolongados 1400 años. La república romana fue reorganizada como Imperio en el año 27 d.c. y cae finalmente en el 1453 d.c. a manos del Imperio Otomano con la toma definitiva de la gran ciudad de la Roma Oriental: Constantinopla, llamada Estambul hasta la actualidad luego de caer en manos turcas.
Teodora nació en Chipre en una familia sumamente humilde, su madre era actriz y bailarina mientras que su padre era domador de osos en el gran hipódromo de Constantinopla, lugar donde se efectuaban carreras de cuadrigas, danzas, obras de teatro y exhibiciones de exóticos animales. Algunos creen que de pequeña vivió en el sótano del hipódromo, en un ambiente lleno de vicios.
A pronta edad se dedicaría a trabajar en un burdel de la ciudad con una de sus dos hermanas, para entrar más tarde a trabajar en el teatro donde se dedicó a la labor de actriz y de cortesana.
“Teodora comenzó a actuar a los diez años y pronto, su delicada belleza y el carácter demostrado en sus papeles teatrales, la llevaron a ser la favorita en las fiestas comunitarias de la nobleza, hasta el punto que rápidamente se convirtió en la actriz mejor pagada y más celebrada en Constantinopla” Asegura Nora Carbonell en su artículo académico “Teodora de Bizancio, prostituta y santa”.
La época parece sugerir una íntima relación entre el teatro y la prostitución. Por lo que desempeñar un trabajo como actriz incluía una desenvuelta sensualidad arriba del escenario, nutriendo la libido de sus espectadores, y desnudándose provocativamente, manifestando así Teodora su excelsa hermosura. Según Procopio, historiador de la época, “uno de sus números predilectos consistía en montar semidesnuda en briosos corceles”.
En estos tiempos se hizo amiga cercana de la esposa del más famoso General Romano de la época, Belisario, como un primer puntapié para codearse con gente de mayor categoría. El primer paso en un sendero que la conduciría a la realeza imperial.
En una de aquellas fiestas comunitarias habiendo ganado mucha fama por toda Constantinopla, Teodora de diez y seis años, comenzó a ejercer como acompañante de un oficial Sirio llamado Ecebolo, gobernador de Cirenaica, hoy costa norte de Libia.
Luego de vivir con él cuatro años, fue abandonada, sin embargo su destino, aunque no lo supiese aún, sería de eterna gloria. Su amiga, la esposa de Belisario, “fue quien la persuadió para que asistiera a una fiesta de aristócratas en la cual conoció al príncipe Justiniano, rendido inmediatamente ante su belleza y orgullosa actitud de mujer inteligente y superior a las circunstancias”. Justiniano, después de enfrentarse a la ley que prohibía que la realeza se casara con prostitutas, criadas o mujeres de origen dudoso cambió las leyes de la época para lograr hacerla su Emperatriz.
Así Teodora, a pesar de ser de origen plebeyo, logró ser coronada como emperatriz con el título de Augusta. Ejercía el poder como elegida por la divinidad y le reconocieron el derecho a hacerlo.
Se encuentran testimonios de que Teodora era muy “decidida y valiente” y “que tomaba cartas en asuntos relacionados con el mejoramiento de la calidad de vida de las mujeres” del colosal Imperio Romano Oriental.
“En su nuevo papel, Teodora se mostró a la altura de la situación, manteniéndose fiel a su marido, interesándose en los asuntos del Estado, demostrando gran penetración y ejerciendo considerable influencia sobre Justiniano en materias de gobierno.” Asegura Luis Orrego Campano en La Emperatriz Teodora: Constructo de la figura política de la mujer en el Imperio Bizantino.
Según Nora Carbonell “Teodora, fue proclamada Santa por la iglesia ortodoxa, debido a su indiscutible labor humanitaria a favor de las minorías y de las clases sociales más desprotegidas, en una época de prohibiciones y acentuada subvaloración de la mujer”.
Gracias a Teodora, si una mujer decidía ejercer la prostitución “debían trabajar en burdeles regentados por ellas mismas, con reglamento especial para evitar los abusos”.
Teodora sin tener sangre real fue “accediendo y legitimando progresivamente un uso autocrático del poder, que permitió durante los siglos VI y IX que la autoridad imperial adoptara formas femeninas” Según Perez Sanchez. Dionisio;
Referencias:
http://gredos.usal.es/jspui/bitstream/10366/73746/1/Identidad_nacional_y_modelos_femeninos_e.pdf
Nora Carbonell, “Teodora de Bizancio, prostituta y santa”.
Isabel Lasala Navarro, “Imagen pública y política de la emperatriz Teodora. Un estudio a partir de la obra de Procopio de Cesarea”
https://core.ac.uk/download/pdf/38836718.pdf
José María de Francisco Olmos, “Las mujeres y el poder supremo en Bizancio, siglos V-XI. Aproximación numismática”
Luis Orrego Campano, “La Emperatriz Teodora: Constructo de la figura política de la mujer en el Imperio Bizantino”
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