Porteño cabarets, Buenos Aires nostalgie
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La palabra cabaret es tomada del francés, que significa “taberna“. Sin embargo, nuestra historia es recorrida por particularidades porteñas que nada tienen que envidiarle a la lejana Europa. Es así que daremos un paseo por las singularidades de los cabarets en las noches porteñas.
¿Cómo eran los cabarets porteños?
De cabarets solían ser salones grandes con mucha iluminación gracias a lujosas arañas de caireles, con una prolongada pista de baile cercada por mesas, y aquella famosa infaltable barra, soporte de incontables historias y bebidas.
A veces concurrido por parejas, asistían en su mayoría hombres solos o en grupo. Iban a bailar con alternadoras, o llamadas también de manera rea “coperas“, que con sus largos vestidos de “satén” y su sedoso brillo y glamour, incentivaban a que los clientes las invitasen a sentarse a su mesa, claro, a tomar una copa, y otra. Trataban de seducir al hombre para que siguiera consumiendo y, desde luego, persistiera invitándola. Si “enganchaban” a alguno, no podían salir del cabaret antes que el local cerrara sus puertas. La bebida ha sido, y siempre fue, un formidable negocio.
Mientras algunos habitué asistían para escuchar su banda de jazz favorita, otros insistían en conquistar a su alternadora favorita. Sin embargo las coperas eran un elemento más de la grandeza del show que allí dentro se desarrollaba.
Acerca los espectáculos Varieté
Luego de la orquesta de jazz, por la medianoche, se presentaba un clásico espectáculo “varieté”, que lucía diferentes números artísticos animando la entrenoche. El “varieté” de raigambre bohemia, pariente lejano de las tabernas medievales, y cercano del cabaret del siglo XIX, ha sido la expresión artística que cruza lo romántico y el alcohol. Es un género cuyo desarrollo en el siglo XX se propicia en las grandes ciudades, caracterizándose por una mayor flexibilidad que el teatro tradicional, por ser más desafiante y riesgoso, con mayor complicidad con el público. La investigadora Raquel Prestigiácomo lo define como “espectáculo ligero, sin argumento continuo, con carácter preferentemente musical, de representación no teatral sino callejera o tabernera, con números de circo como ilusionistas, contorsionistas y acróbatas y atracciones exóticas, como ventrílocuos y hombres-orquesta”. Posee tres elementos fundamentales: el número cantable, el bailable y el cómico.
Cabaret Buenos Aires de categoría
¿Qué elemento demostraba la alta categoría de un Cabaret, si era tal? Desde luego la importancia y el reconocimiento de la orquesta de jazz que animaba con música los oídos festivos…
Una gorra con el nombre del cabaret coronaba al portero de botones dorados, que no se movía de la entrada, a pesar de un cartel que como en el caso del Marabú invitaba a los transeúntes. Su inscripción rezaba: “Todo el mundo al Marabú/ La boîte de más alto rango/ donde Pichuco y su orquesta/ hará bailar buenos tangos”
De cabaret Marabú nacido según nos cuenta el historiador Gabriel Luna, en un subsuelo de un palacio italiano, se fecha por la misma época que vio la luz el Obelisco, se trata del año ´35.
Si atendemos al nombre Marabíu, rastreamos en su origen un rasgo profundamente erótico.
Su nombre da cuenta de las sedosas plumas de una exótica ave africana, usadas en ese entonces para realizar la lencería de las vedettes y esas pomposas boas de colores cuya sensual extravagancia se asocia con las mujeres del charleston en de muñecas bravas del tango.
Si hablamos de lujo y prestigio, debemos mencionar el Armenonville, entre los años ´10 y los locos años ´20, cuyo modelo de construcción fue basado en su versión francesa de la que tomó su inspiración.
Cabaret Buenos Aires y cultura
Emplazado en la Avenida Alvear, que ahora se encuentra bautizada bajo el nombre de Avenida del Libertador General San Martín, en el barrio de la Recoletade cabaret adquirió su gran prestigio cuando el gran Carlos Gardel realizó su primera gran actuación en dúo con José Razzano en el año nuevo de 1914. Con un tango en su nombre, y mencionado en varios temas, y aun en una novela de Adolfo Bioy Casares, “El sueño de los héroes“, nos queda su recuerdo impregnado en la cultura porteña.
De cabarets en general son el recuerdo de una joven y viva Buenos Aires cuyos recuerdos remiten a la sensualidad y el glamur de una época de la que poco queda, pero de la que quizá, heredamos bastante.
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Opmerkingen (2)
fede
4 jaar geleden
Excelente sección! Sigan subiendo historias, están geniales!
Jose
4 jaar geleden
Interesantísimo para mi.
Habia tambien un local llamado “Lo de Hansen”.